OCTAVA TEMPORADA


QUINTO CAPÍTULO


SANTA ROSA DE LIMA
“Fuera de la cruz no hay otra escalera por donde subir al cielo”.

Santa Rosa de Lima

EXT. CORTEJO FÚNEBRE. DÍA

LECC: - Hola. Te saluda Luis Enrique Cam

LECC: - En la madrugada del 24 de agosto de 1617 murió Isabel Flores de Oliva. Su cuerpo fue trasladado con mucha dificultad por la cantidad de gente en las calles que se agolpaba para tocar siquiera la tarima que llevaba sus restos…

Hombre: - ¡Déjenme tocar su manto! !Rosa de Santa María!

Guardias: - ¡Apártense! ¡Cuidado! ¡Está pasando el cortejo!

Hombres y Mujeres: - ¡Rosa! ¡Rosa!

LECC: - Nunca antes se había visto una cosa semejante en la ciudad. Todos, desde el mismo Virrey hasta el último de los esclavos salieron a acompañar el cuerpo. Muchos se abalanzaron sobre el féretro para tratar de obtener alguna reliquia…

Mujer: - ¡Santa Rosa! ¡Santa Rosita! ¡Acuérdate de mí ahora que estás en el cielo!

India Mariana: - ¡Esa niña es una santa realmente!

LECC: - Pero ¿quién fue esta Rosa que produjo tal conmoción en la población de Lima? Si apenas salía de su casa, vivió una vida austera y su familia no tenía la más mínima influencia social…

Mujer: - ¡Ella no salía de su casa porque hizo de su casa un hospital para recibir a los indios y esclavos enfermos que no tenían ningún lugar a donde acudir!

Hombre: - Yo no la conocí personalmente, pero sí había escuchado de su santidad: Rosa de Santa María.

India Mariana: - Pues yo sí la conocí y desde bien chiquitita. Desde el primer momento que la vi supe que era una niña especial…

LECC: - Señora, disculpe la molestia, queremos saber más sobre la vida de Santa Rosa y no hay mejor fuente que quien la conoció en persona…

India Mariana: - No diga más, joven. Con mucho gusto le cuento, cada detalle. Su vida merece pasar a la historia, no solo del Perú sino del mundo entero...

LECC: - ¿Cómo se llama usted?

India Mariana: - Yo soy Mariana, sirvienta de don Gaspar Flores y doña María de Oliva, los padres de Rosa.

LECC: - ¿Y cómo se dio cuenta, desde tan temprano, que esa pequeña era tan especial?

India Mariana: - Ay joven, si vuestra merced la hubiera visto recién nacida, sabría de lo que hablo… Llegó al mundo el 30 de abril de 1586, recuerdo que eran las 4 de la tarde, en su linda casa aquisito nomás, en la ribera del Rímac.

INT. CASA DE SANTA ROSA. DÍA

Doña María: - Mariana, acércate a la cuna de Isabel a ver si ya se despertó, para darle su leche. Destápala con cuidado por favor, ya sabes.

India Mariana (joven): - Claro que sí doña María… ¡Oh! (respiración agitada)

Doña María: - ¡Qué le pasa a mi niña! ¡Qué sucede!

India Mariana (joven): - ¡Qué bella! ¡Parece una rosa!

Doña María: - Ay, no me asustes así, Mariana… (se acerca) ¡Jesús, María y José!

India Mariana (joven): - Mire como le brilla el rostro, mire el rosado hermosísimo de sus mejillas…

Doña María: - Es cierto lo que dices, Mariana… ¡Miren a mi niña…! Isabel… te prometo que sólo he de llamarte Rosa… y no de otra manera. Es una belleza… ¡casi sobrenatural!

India Mariana (joven): - La verdad que pareces un angelito caído del cielo… Rosa.

EXT. CORTEJO FÚNEBRE. DÍA

India Mariana: - Y así fue que empezamos a decirle Rosa, para disgusto de su abuela Isabel, claro…

Guardias: - ¡Atención! ¡Deténganse! ¡Tenemos que arreglar el catafalco!

India Mariana: - Y otra vez se detienen… con tanta gente llegaremos al anochecer a Santo Domingo…

LECC: - Doña Mariana, ¿Por qué dice que disgustó a su abuela? ¿Hubo conflictos respecto al nombre de Rosa?

Hernando: - ¿Conflictos? Pero si lo que sufrió Rosa fue un vía crucis. Mi pobre hermanita padeció tanto…

India Mariana: - ¡Joven Hernando! Déjeme darle un abrazo de condolencias.

Hernando: - Las condolencias también te las doy a ti Mariana, tú que la quisiste a más no poder…

India Mariana: - Nuestra Rosita se ha ido pero tenga por seguro que está en la gloria de Dios cuidando de nosotros, feliz como el pajarito ruiseñor con quien ella hablaba…

Hernando: - Gracias, querida Mariana, yo lo sé. Puedo decir que la santidad de Rosa se forjó desde su niñez. Recuerdo el día en que la encontré sentada en el patio, llorando desconsoladamente…

EXT. CASA DE SANTA ROSA. DÍA

Hernando (Adolescente): - Rosa, qué haces aquí solita, qué sucede…

Santa Rosa (Niña): - (llorando) No me digas Rosa, Hernando… la abuela me acaba de pegar por ello. Dice que me llamo solamente Isabel.

Hernando (Adolescente): - Entonces te llamaré Isabel…

Santa Rosa (Niña): - ¡Tampoco! Mamá me da con la vara de membrillo si respondo al nombre de Isabel.

Hernando (Adolescente): - Ay… y tú qué prefieres, hermanita…

Santa Rosa (Niña): - ¡A mi me parecen muy lindas las rosas del jardín! Pero la abuela dice que Isabel es el nombre de una santa… y yo quiero ser como ella.

Hernando (Adolescente): - Ah… ¿pero acaso no conoces tú a Santa Rosa de Viterbo?

Santa Rosa (Niña): - ¿Santa Rosa de Viterbo? ¡No había oído de ella!

Hernando (Adolescente): - Así es hermanita, Rosa es un nombre cristiano. Y además te queda muy bien, si eres idéntica a una, a la reina de las flores, que también lo llevas en el apellido no lo olvides..jajaja...

Santa Rosa (Niña): - Pues ahora mismo voy a decirle a mamá que soy Rosa, mejor, Rosa de Santa María, pues también se lo contaré a mi madre del cielo.

EXT. CORTEJO FÚNEBRE. DÍA

LECC: - Tengo entendido, además, que doña María y don Gaspar no estaban de acuerdo con la vocación de Rosa. Como todo padre en el siglo XVII, consideraban que el casamiento ventajoso de su hija podía significar un ascenso socioeconómico para la familia…

Hernando: - Especialmente después de los malos negocios de mi padre, en donde perdimos todo lo que teníamos…

INT. CASA DE SANTA ROSA. DÍA

Don Gaspar: - No Rosita. No puedo autorizar que ingreses al convento. Entiendes que se necesita de una dote para que sea admitida, ¿verdad? Y nosotros, estamos en ruina económica…

Rosa: - Lo sé, padre… pero puedo ahorrar. Trabajaré, venderé flores, soy una buena costurera, puedo hacer bordados o incluso puedo hacer algunos dulces…

Don Gaspar: - Te necesitamos aquí, hija mía, no en el convento. Necesitamos que aportes a la familia como todos tus hermanos.

Doña María: - Ya oíste a tu padre, Rosa. Además, ya tengo elegido a tu futuro marido, un joven licenciado muy apuesto, de familia acaudalada…

Rosa: - Yo no me casaré, madre. Así venga el rey de Castilla. ¡Mi corazón le pertenece a Jesucristo y a nadie más!

Doña María: - No seas tozuda, niña. Ya deberías tener listo el vestido que te pedí confeccionar con esa tela que te proporcioné. Se acerca el baile de primavera y tienes que estar bien atractiva para la ocasión…

Rosa: - No tengo listo ningún vestido, madre, y la tela… mmmh… ya no la tengo…

Don Gaspar: - Isabel Flores de Oliva… ¿Qué has hecho con la tela que te regaló tu madre? Era muy fina. Y no mientas, que el respeto a Dios inicia por respetar a tus padres.

Rosa: - Yo… yo… las regalé. Había unas chicas muy pobres, no tenían con qué vestirse y… les dí una parte.

Doña María: - ¡Ay Rosa! ¿y qué hay de la otra parte?

Rosa: - La utilicé para hacer vendas para los enfermos pobres…

Don Gaspar: - Entonces castigada estas, Rosa. Aunque tus intenciones sean nobles, tu rebeldía es algo que no podemos tolerar en esta casa, especialmente cuando no nos sobra el dinero…

Rosa: - ¡Pero… padre!

Don Gaspar: - Termina de cenar porque apenas comes y te encierras en tu recámara hasta mañana. Aprovecha en meditar sobre tu accionar.

Doña María: - ¡Pretendes ser buena pero a costa de tu propia familia!

Hernando: - Pobre mi hermana Rosa… mis padres no la comprendieron, al menos en esos años de juventud.

Gaspar: - ¡Esta hija tuya!

Doña María: - Ya cambiará Gaspar, o por consejo o por la espada…

Hernando: - Estoy seguro que ningún pretendiente era digno de tan gran corazón.

EXT. CORTEJO FÚNEBRE. DÍA

Guardia: - ¡Apártense todos! ¡El cortejo se reanudará! ¡Dejen pasar el túmulo y no se atiborren!

Gente: - ¡Rosa! ¡Rosa!

LECC: - Entonces Doña María de Oliva nunca se salió con la suya.

Hernando: - Rosa rechazó con tenacidad a cuanto candidato le presentaba mi madre e incluso llegó a cortarse el cabello para evitar ser desposada.

India Mariana: - ¡Eso es verdad, joven Hernando! También se metió en problemas solo por ayudar a los pobres y enfermos.

Hernando: - Mi madre la amenazó con echarla de la casa por admitir tantos enfermos bajo nuestro techo (en tono de recuerdo cómico).

Fermín: - Yo conocí de esa forma a Rosa de Santa María, pues salvó de milagro la vida de mi hijo con el cuidado y cariño de una santa.

LECC: - Qué es lo que sucedió, ¿buen señor?

Fermín: - Déjeme contarle. Una noche, buscando refugio con mi hijo, un perro de la calle se abalanzó sobre él, mordiéndole la nariz (sonido de perro ladrando).

India Mariana: - Ay virgencita… pobre niño…

Fermín: - Lo llevé corriendo al Hospital de San Andrés, a San Bartolomé y a cuánto refugio recibiera a un hombre pobre como yo.

INT. HOSPITAL. DÍA

Doctor Jimenez: - ¡Señor Fermín Condemayta!

Fermín: - Soy yo, doctor. Dígame por favor, cómo está mi hijo… ¿sanará?

Doctor Jimenez: - Pues es un caso grave, señor Condemayta, no le mentiré. Ya pasaron algunos días desde el accidente y su herida no cicatriza, peor aún, se expande. Emana un olor intenso y tengo el temor de que esté ascendiendo hasta el cerebro.

Fermín: - Ay Madre mía líbrame de este dolor…

Doctor Jimenez: - Señor Condemayta, si fuera mi hijo intentaría con una opción…

Fermín: - Intente todo lo posible doctor, se lo suplico.

Doctor Jimenez: - Pues mire, yo creo que la ciencia llegó a su límite… y sin la ayuda de Dios nada se puede… ¿se ha enterado de su caso Rosa de Santa María? la hija del arcabucero que tanto ayuda a pobres y enfermos.

Fermín: - La hermana Rosa claro que sé de ella…

Doctor Jimenez: - Le recomiendo acudir a ella más rápido que de inmediato, pienso que solo ella puede sanar a su hijo, ella es enfermera pero cuenta con la ayuda del Niño Doctorcito…

Fermín: - ¿El Niño doctorcito?

Doctor Jiménez: - Ya ella le explicará, no pierda tiempo.

Fermín: - Sí doctor.

EXT. CORTEJO FÚNEBRE. DÍA

Fermín: - La Rosita salvó a mi pequeño. Después de 3 días estaba sano, sin ninguna herida. Ella me dijo que fue el Niño Doctorcito quien curó a mi hijito, pues no hay mejor doctor en el mundo que Jesús.

India Mariana: - ¡Pero qué hubiese sido de Lima sin esta mujer santa! Siempre fue la protectora de todos…

Hernando: - Como aquella vez, en 1615, cuando el pirata Spilbergen y sus huestes despiadadas amenazaron con invadir la capital del Virreinato…

EXT. CALLES DE LIMA. DÍA

Anunciador: - ¡Atención! ¡Los corsarios holandeses amenazan con llegar a las costas del Callao!

Mujer: - ¡Que Dios se apiade de esta ciudad bendita!

Hombre: - ¡Defendamos la ciudad!

Anunciador: - ¡El virrey ha preparado y empujado prontamente algunas naves para la defensa contra los herejes luteranos! ¡Se convoca a todos los varones en edad de luchar acudir al puerto!

Mujer: - ¡Hermanas, los rufianes de ultramar entrarán a profanar nuestras iglesias como lo han hecho en Arica y Valparaíso!

Rosa: - No entren en pánico hermanas. Si debemos entregar nuestra vida por defender la Eucaristía, hagámoslo. ¿Qué son mil hombres frente a nuestro Dios?

Mujer 2: - En eso tiene razón, hermana Rosa…

Rosa: - Y si mi hábito ha de ser dañado en combate, que así sea (sonido de vestiduras rasgándose).

Mujer 3: - ¡Rosa! ¡Cuidado! ¿¡Por qué estás subiendo al sagrario!?

Rosa: - Para defender al Santísimo Sacramento con mi cuerpo, debemos dar la vida por la Eucaristía, hermanas, ¿no lo creen así?

Doña María: - ¡Hija, baja de ahí en este instante! No puedes defender con tu cuerpo el asedio de estos ruines piratas.

Mujer: - En la ciudad ya no hay hombres para defendernos, todos están en el Callao a la espera de los piratas, si ellos son vencidos será nuestro fin… debemos huir…

Rosa: - No huiré abandonando este sagrario.

Doña María: - Rosa baja de ahí. Vámonos.

Rosa: - Escuchen mujeres de Lima. Yo he de poder mucho con esto que llevo en la mano, que es el rosario de la Madre de Dios. Con esto hemos de vencerlos…

EXT. CORTEJO FÚNEBRE. DÍA

Fermín: - Dicho y hecho, pues se dice que, justo cuando iban a atacar la costa del Callao, los corsarios holandeses sintieron un impulso que los hizo retroceder. Viraron a barlovento y se marcharon…

India Mariana: - Fue el poder de su oración. Diganme vosotros qué ciudad tuvo una heroína tan excepcional. ¡Solo Lima con Rosa de Santa María!

Guardias: - ¡Atención! ¡Deténganse! ¡Estamos a una cuadra para llegar a Santo Domingo! ¡Les pedimos que acompañen el cortejo en orden!

Gente: - ¡Rosa! ¡Rosa de Lima!

LECC: - Se cuenta que Santa Rosa predijo el día de su propia muerte.

India Mariana: - Muy cierto, joven, yo escuché cuando se lo dijo al Padre Juan de Lorenzana.

Hernando: - Su salud era frágil. Fue el 1ero de agosto, cuando las dos niñas que cuidaba oyeron un golpe fuerte en su dormitorio. Estaba Rosa tendida en el suelo y, desde entonces, no se recuperó.

India Mariana: - Ella, que nunca se quejó ni de los castigos de su madre, empezó a sentir un dolor muy intenso.

INT. DORMITORIO DE SANTA ROSA. NOCHE

Padre Lorenzana: - Hija mía, cómo es el dolor que sientes.

Rosa: - Padre Juan, me duele aquí, en la parte derecha de mi cabeza. Es un dolor como del mismo infierno, incomparable con cualquiera que en mi vida haya sentido.

Padre Lorenzana: - Pobre Rosa, debes tomar los remedios que te ha recetado el doctor Juan del Castillo. Te pido que descanses por favor, la vida de sacrificio que has llevado alimenta el alma, pero ha agotado tu cuerpo…

Rosa: - Padre Juan, pero si hay algo que aprendí desde niña es que “Fuera de la cruz no hay otra escalera por donde subir al cielo”.

Padre Lorenzana: - Hija mía, oye a tu confesor, te recuperarás pronto con la ayuda de Dios.

Rosa: - No padre, no veo la hora para ver al Señor. Esta noche voy a morir.

EXT. CORTEJO FÚNEBRE. DÍA

LECC: - Así, en las primeras horas del 24 de agosto de 1617, falleció Rosa de Santa María, la primera santa de América. Como oyen, la multitud fue tanta al momento del sepelio, que el entierro tuvo que ser privado durante la noche…

La casa donde vivió Rosa sus últimos años de vida se convirtió en el monasterio de Santa Rosa de Santa María.

LECC: - La devoción a Santa Rosa de Lima se expandió rápidamente por todo el mundo. Los favores y milagros atribuidos a la santa impulsaron a la Santa Sede para su beatificación, que sucedió el 12 de marzo de 1668, oficiada por el papa Clemente IX.

Incluso, fue nombrada Patrona del Perú, del Nuevo Mundo y de Filipinas antes de su canonización en 1671, por el papa Clemente X.

Así, la también Patrona de la Policía Nacional, de las enfermeras, de los mineros, de los floristas, invocada en los terremotos y en las discusiones familiares, Santa Rosa, es definitivamente la vecina más ilustre de la ciudad de Lima y la peruana más famosa en el mundo.

Soy Luis Enrique Cam y esto fue Dicho en el Perú. Escucha otros episodios en www.dichoenelperu.pe o en nuestros canales de Youtube y Spotify.

“Fuera de la cruz no hay otra escalera por donde subir al cielo”.


FIN

Dirección

Luis Enrique Cam

Guion

Luis Enrique Cam

Manuel Amat

Caracterizaciones

Andrea Zárate

Magali Luque

Cristóbal Paz

Oswaldo Álvarez

Edición y musicalización

Cristóbal Paz

Fuentes bibliográficas

BENITO, J. (2009) Peruanos Ejemplares. Valores de los discípulos y misioneros: santos, beatos y siervos de Dios en el Perú. Paulinas, Lima.

BENITO, J. (2016) Los cinco Santos del Perú. Vida, obra y tiempo. Interforum Protec S.C.R.L., Lima.

DEL BUSTO, J (2006) Santa Rosa de Lima. Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima.

SÁNCHEZ-CONCHA, R. (2003) Santos y Santidad en el Perú Virreinal. Vida y Espiritualidad, Lima.

SÁNCHEZ-CONCHA, R. (2017) ROSA DE LIMA Primera Santa de América. Municipalidad Metropolitana de Lima.

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